Disponemos de la capacidad para evaluar y conocer las capacidades sensoriales, principalmente aspectos de visión, audición o de percepción táctil.


Con este conocimienteo podemos definir desde el tamaño y contraste óptimo de las letras y símbolos de un cartel informativo hasta el nivel de relieve que deben presentar los botones de un sistema de navegación, pasando por la definición de la frecuencia, tono e intensidad de los mensajes de alerta en un puesto de trabajo.



Capacidad visual

La mayor parte de la información que se recibe en los entornos cotidianos suele ser de carácter visual, de manera que dicha capacidad posee un peso extraordinario en el uso y manipulación de los productos de la vida diaria. Además, tiene un carácter determinante en actividades que implican riesgo, como la conducción de automóviles.
En este campo trabajamos con los siguientes conceptos: Agudeza, acomodación, sensibilidad al contraste, sensibilidad al deslumbramiento, adaptación a la oscuridad, visión del color, estereopsis y velocidad de lectura.

Percepción táctil

A diferencia de las capacidades visuales o auditivas, existe menor información respecto al sentido del tacto, el cual abarca un amplio grado de funciones. La sensación de tocar un objeto, presión, dolor, calor y frío pueden ser percibidos estimulando la piel.
Además, los sentidos en músculos, tendones y articulaciones proveen información sobre la posición y movimiento del cuerpo y los miembros. No obstante, el tacto suministra información sobre los objetos no accesibles por otros sentidos como la dureza y la temperatura.
La discriminación del tamaño, de texturas y de formas es importante para distinguir distintas partes de un producto cuando la vista está atenta a otras cosas o cuando los usuarios padecen problemas visuales. Tanto las rugosidades como las formas pueden ser utilizadas, especialmente en los mandos de los productos, en los botones de los mandos a distancia, etc., para que los usuarios, por el simple hecho de tocarlos, puedan reconocer la función de cada mando o botón.

Capacidad Auditiva

El oído es el órgano responsable no sólo de la audición, sino también del equilibrio. Gracias a él podemos percibir las vibraciones que genera nuestro entorno y transformarlas en impulsos nerviosos que el cerebro podrá interpretar. La capacidad auditiva es, por lo tanto, un sentido clave a la hora de captar información sobre el mundo exterior. Es un complemento importante para la visión, ya que le permite situar los estímulos en el tiempo y el espacio.
Un deterioro de la capacidad auditiva es un problema grave, pues afecta no sólo a la comprensión de las palabras, con el efecto que tiene sobre la comunicación, sino también a actividades cotidianas al dificultar la percepción de señales de riesgo como el ruido de un automóvil, un claxon, pitidos de alerta, etcétera.