Las capacidades cognitivas y emocionales pueden analizarse desde los parámetros siguientes: capacidad de atención y memoria.



Emociones

Emociones

Las emociones “colorean y definen” procesos como las percepciones la toma de decisiones, los juicios y el aprendizaje. Además, el estado emocional tienen un papel importante en la salud y una estrecha relación con capacidades cognitivas como la memoria, la concentración o el aprendizaje.
El estado y las capacidades emocionales de los usuarios se puede caracterizar utilizando cuestionarios, valorando la respuesta fisiológica y analizando del comportamiento. Sin embargo, estas aproximaciones no deben verse como metodologías alternativas, sino como un conjunto de herramientas complementarias.
Atención

Atención

Uno de los aspectos más importantes en los procesos mentales es la capacidad de atención. Este concepto puede ser dividido en cuatro categorías: atención dividida, cambio de atención, atención sostenida y atención selectiva. Aunque dichos aspectos no son independientes, proveen un marco para conocer el funcionamiento de esta capacidad.
  • La atención dividida se refiere al proceso mediante el cual se controla la atención para efectuar dos tareas simultáneamente. Esta capacidad disminuye con la edad, incluso para las tareas menos exigentes (McDown y Birren, 1990).
  • Por su parte, el cambio de atención se refiere al proceso de seguir alternativamente dos o más fuentes de información. Este tipo de sucesos es común en actividades cotidianas como, por ejemplo, ir a una habitación pero olvidar el motivo por el cual se ha ido, de tal modo que la intención de encontrar un objeto ha sido perdida cuando se ha atendido el objetivo de ir a otra habitación.
  • La atención sostenida está relacionada con mantener una actividad durante largos periodos de tiempo. Existe una reducción en la capacidad total de atención en función de la edad, pero no parece que el decremento de la atención en el tiempo sea mayor para personas mayores que para personas jóvenes. La importancia de reconocer los problemas asociados a esta capacidad es crítica por su relación con la conducción en autopistas o carreteras, en las cuales es necesaria una atención sostenida (McDown y Birren, 1990; Sixsmith y Sixsmith, 1993).
  • Finalmente, la atención selectiva es la función de atención más básica ya que, para un comportamiento eficiente, dirigido a un determinado objetivo, un individuo debe filtrar la información irrelevante del entorno y seleccionar aquella que es importante. Diversos estudios apoyan un incremento en la facilidad para distraerse de las personas mayores (Schieber, 1994) y del efecto negativo de la información irrelevante en el contexto de tareas de memorización, juicios y resolución de problemas.
Memoria

Memoria

Numerosos estudios demuestran que la función de la memoria disminuye con el paso de los años (Hultsch, 1990). Estos estudios son de especial interés debido a la influencia negativa de dicha disminución en la interacción producto-usuario.
La memoria se suele dividir en memoria sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo. Un ejemplo de cómo la memoria a largo plazo es necesaria para la interacción producto–usuario lo vemos a la hora de programar equipos como un televisor o un reproductor de vídeo o DVD que requieren recordar el orden en el que las teclas deben ser pulsadas. Otra de las aplicaciones diarias de la memoria a largo plazo es buscar un número de teléfono y recordarlo antes de marcarlo. El código PIN también es un número que debe ser extraído de la memoria a largo plazo de las personas mayores y que es olvidado con frecuencia por éstas (Steenbekkers y Beijsterveldt, 1998).